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lunes, 9 de mayo de 2011

Trabajo "El caso de Álvaro"



Síndrome de Down en educación física: El caso de Álvaro













Realizado por:
Manuel Olmeda García
Raúl Coloma
Alejandro Calderón
Mª Elisa Griñan
Carlos Jiménez

1. Introducción: Disminución, discapacitados y deficientes.

Para abordar el tema del Síndrome de Down hay que tener claro conceptos que confunden porque aunque tengan o guarden una relación, hay diferencias significativas.
Un deficiente mental o disminuido psíquico es una persona con una alteración en su capacidad para funcionar cognitivamente, emocionalmente o físicamente debido a la presencia de un trastorno psiquiátrico. Esta condición dificulta la capacidad de alguien para realizar una tarea o impide que la persona pueda participar en una actividad sin ayuda.
Por otro lado, una persona con una discapacidad física es aquella que tiene impedida o entorpecida alguna de las actividades cotidianas consideradas normales, por la alteración de sus funciones intelectuales o físicas.
Una vez diferenciados estos conceptos, ya podemos meternos a fondo con qué es el Síndrome de Down. Este fenómeno se trata de un trastorno genético causado por la presencia de una copia extra del cromosoma 21 (o una parte de él), en vez de los dos habituales, caracterizado por la presencia de un grado variable de retraso mental y unos rasgos físicos peculiares que le dan un aspecto distinto y reconocible.

2. Orígenes del Síndrome Down

En 1932, por primera vez se sugirió como etiología del Síndrome de Down la presencia de una no disyunción cromosómica.
En 1866, John Langdom Down publicó la primera descripción clínica de las personas con Síndrome de Down, llamándoles “mongólicos”, ya que sus rasgos físicos eran parecidos a las personas de esta raza. No fue hasta 1975 que se dejó de utilizar este término, al ser considerado despectivo respecto a los mongoles auténticos (Rogers y Coleman, 1994).
Durante mucho tiempo se confundió el Síndrome de Down con cretinismo. Aunque se conocía que eran dos entidades clínicas distintas, se las trataba a ambas con terapéutica tiroidea. Actualmente, numerosos estudios de la disfunción tiroidea reflejan la alta incidencia de trastornos en este síndrome (Moreno et al, 1995).
No fue hasta el año 1956 en que se determinó el número exacto de cromosomas del cariotipo humano. Lejeune y Jacobs pusieron de manifiesto en 1959 la primera demostración de la base cromosómica en una enfermedad humana, y ésta fue el Síndrome de Down. Ahora se sabe que es debida a la presencia de una aberración a nivel cromosómico, existiendo una porción de cromosoma adicional, el cual es el que da el fenotipo especial.
En los últimos 10 años se han realizado avances muy importantes en el conocimiento del cromosoma 21. Se han construido mapas genéticos, físicos y de diversas enfermedades, y también se han definido las regiones del cromosoma que están implicadas en los principales rasgos fenotípicos del Síndrome de Down. Se han identificado más de un centenar de los 300 a 500 genes que se calcula que tiene este cromosoma (1,1% de la totalidad del genoma humano). La secuenciación completa del cromosoma 21 supondrá un gran acontecimiento para la biología y la medicina (Estivill, 1999).
No se conocen con exactitud las causas que provocan este fenómeno aunque se relaciona estadísticamente con una edad materna superior a los 35 años. Las personas con Síndrome de Down tienen una probabilidad algo superior a la de la población general de padecer patologías de corazón, sistema digestivo y sistema endocrino, debido al exceso de proteínas sintetizadas por el cromosoma de más.
Son en estos últimos años que, gracias a las acciones preventivas, médicas y psicopedagógicas, las perspectivas para las personas con Síndrome de Down han cambiado (Perera, 1995) mejorando la calidad de vida, lo cual se traduce en:
1. Un mejor estado de salud.
2. Un mejor funcionamiento intelectual (el 70-80% de los niños con Síndrome de Down son capaces de leer y escribir).
3. Una mayor destreza para realizar trabajos con sentido, y no simplemente de tipo manual.
4. Un mayor grado de independencia y autonomía a nivel personal.
5. Una mayor capacidad para integrarse plenamente en la comunidad.

3. Conceptualización de Disminución Psíquica (DP)

Según la American Association on Mental Retardation (AAMR)
Ciertamente el término "deficiente mental" ha sufrido muchas variaciones a lo largo de la historia, aunque todavía se utiliza en una forma peyorativa.
Hoy en día no se utiliza el término “disminuido psíquico”, sino el término “persona con disminución psíquica (DP)”, el cual se usa a su vez para referirnos a un grupo de población específico con retraso mental, que en general se definen a través de tres aspectos fundamentales:
1. Una función intelectual que se encuentra significativamente por debajo de la media general
2. Coincide con algún trastorno de la conducta
3. Se manifiesta durante el período de desarrollo, que va desde la concepción del individuo hasta los 18 años de edad.

4. Características generales: Síndrome de Down

La patología más frecuente en los niños con Síndrome de Down está constituida, de un modo resumido, por: malformaciones cardiacas, infecciones respiratorias de repetición, episodios febriles años, disfunciones tiroideas y problemas visuales y auditivos.
En el siguiente punto desarrollaremos las más significativas y sobre todo las que afectan de una forma más directa al desarrollo motor del niño:
 Crecimiento y desarrollo.
Los niños con Síndrome de Down tiene una talla corta, debido a la anomalía cromosómica que está presente desde el nacimiento. La talla es menor en dos o tres centímetros a la talla media normal.
El peso medio de los niños recién nacidos es inferior en unos 400 gramos al peso medio normal, y esta diferencia es mayor en los niños que en las niñas.
La maduración ósea es normal en ciertos momentos del desarrollo del niño, mientras que en otros está retrasada. El retraso es más evidente durante los tres primeros años de vida. A partir de los 3 años esta diferencia se acorta.

 Morfología.
Los rasgos morfológicos más significativos son los de la cara. El niño recién nacido tiene un cráneo de menor tamaño y en general de tipo braquicefálico, siendo el perímetro cefálico menor que el del recién nacido normal. Este tamaño se conserva a lo largo de la vida.. el cierre de la fontanela anterior suele retrasarse.
La facies típica del Síndrome de Down depende en gran parte del menor tamaño de los huesos nasales y del maxilar superior. La menor dimensión del maxilar inferior condiciona en gran medida el menor tamaño de la cavidad bucal que favorece la protusión de la lengua.
La dentición comienza más tarde y su implantación puede o no ser irregular. Lo más característico en el tórax es la ausencia de un par de costillas en las radiografías, en cuanto al abdomen tiene un carácter prominente, lo cual se atribuye al menor desarrollo muscular, siendo más llamativo en los adultos. La hernia umbilical es frecuente en los niños.
Las extremidades tanto superiores como inferiores, son cortas. Las manos son cortas y anchas y los dedos también tienen reducida la longitud.
 Sistema Nervioso.
El cerebro de los niños con Síndrome de Down se caracteriza por tener un tamaño y peso globalmente disminuidos. Se producen degeneraciones en las neuronas piramidales en la corteza cerebral y particularmente en la corteza temporal, lo que puede estar íntimamente relacionadas con el retraso mental que padecen los niños así como la demencia precoz que aparece en algunos adultos.
 Sistema Muscular.
La hipotonía muscular es uno de los síntomas clínicos más significativos en el niño, y va a repercutir en el retraso en las adquisiciones motrices desde el sostén de la cabeza hasta la sedestación, bipedestación y deambulación. Este descenso del tono muscular afecta más a las extremidades inferiores que a las superiores y mejora con la edad, especialmente a lo largo del primer año de vida. El tratamiento más eficaz es la fisioterapia y los programas de estimulación precoz.
 Aparato Cardiovascular.
La cardiopatía congénita es la malformación más frecuente en el Síndrome de Down, ya que se da en el 40 por 100 de los niños recién nacidos.
Todos los niños con Síndrome de Down deben ser estudiados desde el punto de vista cardiológico. La intervención quirúrgica cuando está indicada obtiene resultados espectaculares.
 Sistema Óseo.
La gran elasticidad de los ligamentos característica del Síndrome de Down va a favorecer la luxación de algunas articulaciones. El atlas y el axis son las dos primeras vértebras de la columna y sobre ellas reposa el peso de la cabeza. Pueden aparecer síntomas sensitivos y motores, como la debilidad progresiva de las piernas a la marcha, dolor cervical, tortícolis, hiperreflexia, etc.
Es importante el diagnóstico precoz de este trastorno para su correcto tratamiento, siendo recomendable hacer radiografías de la columna cervical a los dos años de edad.
Del aparato ocular, gastrointestinal, genitourinario, auditivo, inmunitario, endocrino, dentición, piel y cabello no hablaremos ya que no afecta en gran medida al desarrollo motor del niño independientemente de sus deficiencias.

4.1 Expectativas de Evolución
El Crecimiento.- Por lo general, se sabe que el crecimiento físico del niño con Síndrome de Down es más lento, al igual que en los niños “normales”, los jóvenes con Síndrome de Down abarcan una escala considerable de alturas. Esta variación en el crecimiento viene determinada por factores genéticos, étnicos y de nutrición.
En general la altura que suele alcanzar el varón adulto con Síndrome de Down oscila, aproximadamente, entre 1,42 y 1,65 m; mientras que en la mujer es algo menor, entre 1,375 y 1,6 m.
El Peso.- necesita a menudo una atención especial, dado que pueden surgir problemas de alimentación durante la infancia, puede haber un aumento de peso reducido durante la primera niñez.
El Desarrollo Locomotor.- Debido a factores muy diversos, como son las deficiencias cardiacas congénitas u otros problemas biológicos o ambientales, puede producirse un retraso del desarrollo motor de algunos niños. Los datos de la siguiente tabla provienen de los propios trabajos longitudinales (a lo largo de la vida de un niño con Síndrome de Down) de los autores, así como de los informes sobre el desarrollo motor de los niños con Síndrome de Down.

5. Metodología en los programas de educación física: Deficiencia mental asociada a síndrome de Down, desarrollo psicomotor, educación física y deportes.

Es trascendental al inicio de las clases que el sujeto se familiarice con la clase, con el lugar de práctica, con el material que vayamos a utilizar y con el profesor y compañeros de clase.

Como hemos visto anteriormente para los individuos con síndrome de Down es muy importante el trato y la confianza proporcionados, todo esto debemos tenerlo en cuenta en nuestras clases de Educación Física así deberemos tener paciencia, animarles y felicitarles constantemente ya que está demostrado que “la amabilidad y el reconocimiento le animarán a esforzarse más y a renunciar menos (Pérez, 1994). Es importante también que en esta parte hagamos partícipes al resto de la clase mediante la colaboración de los compañeros en la tarea de enseñanza ayuda y apoyo que a su vez provocará la integración y confianza en sí mismo del alumno deficiente.

Las clases de educación física deben tratar las áreas problemáticas derivadas de la enfermedad, Wall considera esencial la adquisición de habilidades motoras como:

1. Conocimiento del cuerpo y su manera de funcionar motóricamente en relación con un objeto.
2. Conocimiento sobre cómo ejecutar una secuencia de movimientos o acciones
3. Conocimiento sobre los sentimientos subjetivos de confianza en sí mismos y la competencia en una determinada situación de actividad física
4. Conocimiento de sus propias habilidades
5. Conocimiento sobre cómo pensar en relación con el movimiento

6. Necesidades educativas

El término "necesidades educativas especiales" (NEE), aunque comenzó a utilizarse en los años 60, toma su acepción actual a partir de la publicación del informe Warnock en 1978 (Warnock, 1981, 1990). A partir de entonces, se parte de que los fines de la educación son los mismos para todos los niños y se entiende que las necesidades educativas forman un continuo, desde las más ordinarias hasta las más significativas (especiales) y, en función del tiempo, se extienden desde las temporales hasta las permanentes. Los alumnos con síndrome de Down tienen necesidades educativas especiales muy significativas y permanentes.
Síndrome de Down
 Necesitan que se pongan en práctica estrategias didácticas individualizadas.

 Necesitan que se les enseñen cosas que otros aprenden espontáneamente.

 El proceso de consolidación de lo que acaban de aprender es más lento. Aprenden más despacio y de modo diferente. Necesitan más tiempo de escolaridad.

 Precisan mayor número de ejemplos, ejercicios, actividades, más práctica, más ensayos y repeticiones para alcanzar los mismos resultados.

 Requieren una mayor descomposición en pasos intermedios, una secuenciación más detallada de objetivos y contenidos.

 Tienen dificultades de abstracción, de transferencia y de generalización de los aprendizajes. Lo que aprenden en un determinado contexto no se puede dar por supuesto que lo realizarán en otro diferente. Necesitan que se prevea esa generalización.

 Necesitan en la mayor parte de los casos Adaptaciones Curriculares individuales.

 Necesitan apoyos personales de profesionales especializados como son los de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje.

 Los procesos de atención y los mecanismos de memoria a corto y largo plazo necesitan ser entrenados de forma específica.

 El aprendizaje de los cálculos más elementales es costoso para ellos. Tienen dificultades con los ejercicios matemáticos, numéricos y con las operaciones. Necesitan un trabajo sistemático y adaptado y que se les proporcionen estrategias para adquirir conceptos matemáticos básicos.

 El lenguaje es un campo en el que la mayor parte de los alumnos con síndrome de Down tiene dificultades y que requiere un trabajo específico. Necesitan apoyo logopédico individualizado.

 Respecto a la lectura, casi todos pueden llegar a leer, siendo recomendable el inicio temprano de este aprendizaje (4-5 años). Necesitan que se les introduzca en la lectura lo más pronto posible, utilizando programas adaptados a sus peculiaridades (por ejemplo: métodos visuales).

7. Adaptaciones curriculares individuales para alumnos con síndrome de Down

Los profesores tutores y los profesores de apoyo han de dar respuesta a las NEE de los escolares con síndrome de Down, confeccionando las adaptaciones curriculares que sean precisas, adaptando el currículo a sus características individuales, a sus intereses y motivaciones, a su estilo de aprendizaje, a su forma de hacer y de ser.
Pueden establecerse unas ideas generales para la confección de ACIs para alumnos con síndrome de Down teniendo en cuenta las peculiaridades de su proceso de aprendizaje.

. Qué enseñar a los alumnos con síndrome de Down: objetivos y contenidos

A la hora de determinar los objetivos educativos que son más adecuados para los alumnos con síndrome de Down se ha de tener claro cuál es el objetivo educativo fundamental y preparar muchos y variados recursos para alcanzarlo.
Es conveniente establecer objetivos a largo, a medio y a corto plazo.
Es esencial personalizar los objetivos porque los que son válidos para un niño no son útiles para otro. Por ello, en algunos casos, habrá que eliminar objetivos que aparecen en el currículo básico, bien por ser excesivamente complejos o por su poca utilidad práctica real; será necesario incluir objetivos distintos a los de sus compañeros (por ejemplo, habilidades de autonomía básica o sociales) y en algún caso habrá que priorizar objetivos, cambiando el momento de su presentación. Siempre que se pueda, se deben escoger objetivos prácticos, útiles, funcionales, aplicables inmediatamente o al menos aplicables lo más pronto posible, y secuenciarlos en orden creciente de dificultad.

. Qué y cómo evaluar a los alumnos con síndrome de Down
Si los objetivos y los contenidos se han seleccionado de acuerdo con las características del alumno con síndrome de Down, es obligatorio personalizar la evaluación, adaptándola también a sus peculiaridades. La evaluación se realizará en función de los objetivos que se hayan planteado.
Se valorará al alumno en función de él mismo, no sobre la base de una norma o a un criterio externo o en comparación con sus compañeros. Para ello, es esencial la evaluación continua, la observación y la revisión constante de las actuaciones. Se debe establecer una línea base al comenzar, para conocer de qué nivel se parte y planificar las actuaciones educativas en función de ello. Además, se ha de procurar evaluar en positivo ya que las evaluaciones suelen recoger una relación de todo lo que no es capaz de hacer un niño, más que de sus posibilidades. Por último, con alumnos con síndrome de Down y dadas sus dificultades para generalizar sus aprendizajes, lo que saben han de demostrarlo y lo que hacen en una determinada situación no se debe suponer que lo harán igual en otras circunstancias. Un objetivo estará adquirido si lo dominan en diferentes momentos y ante diferentes personas, por lo que es preciso tener en cuenta estos matices
Se han de variar los sistemas de evaluación puesto que evaluación no es sinónimo de examen. Por ello, se ha de procurar llevar a cabo una evaluación flexible y creativa. Se les debe de dar un boletín de notas, como a los demás, en el que queden reflejados los objetivos planteados y el grado en que va alcanzando cada uno de ellos para que los padres sepan cuál es su evolución escolar. Según la Ley de Calidad (2002) los padres tienen derecho a estar informados sobre el progreso de aprendizaje e integración socio-educativa de sus hijos.
Por último, el profesorado deberá también evaluar la propia labor para mejorarla. Esta evaluación incluirá tanto la evaluación de la tarea docente y del proceso de enseñanza como de la propia Adaptación Curricular Individual.
7.1 Consideraciones pedagógicas, y medidas a la hora de llevar a la práctica los programas de Educación Física con los alumnos con deficiencia mental, asociada a síndrome de Down.
Los programas de Educación Física para las personas con síndrome de Down deben de poseer la suficiente calidad para proporcionar a estas personas experiencias de aprendizaje en todos los aspectos del desarrollo, lo cual les conducira a tener actitudes positivas y a adoptar un estilo de vida sano y activo.
Las destrezas motoras de las personas con síndrome de Down, están por debajo de las de sus compañeros de la misma edad e incluso en algunos casos por debajo de las otras personas con retraso mental (Burns y Gunn, 1993; Block, 1991).
Otros estudios han identificado también deficiencias especificas en ciertos aspectos del movimiento como el control del tiempo (Henderson y Cols, 1981), el equilibrio (Shumway-Cook y Woollacott, 1985) y la coordinación, así como los aspectos fisiologicos como el tono muscular y la fuerza (Harris, 1984).
Los programas de Educación Física necesitan abordad estas áreas problemáticas de manera especifica; también deben centrarse en el desarrollo de cuantas destrezas necesarias para realizar movimientos puedan programarse y practicarse. Entre ellas es fundamental incluir actividades que tengan en cuenta la conciencia del propio cuerpo y del espacio, los conceptos de equilibrio, tiempo y esfuerzo en el movimiento (Barham, 1993; Sherborne, 1990). En cualquier edad, estos aspectos relacionados con el movimiento y con el desarrollo de su calidad, son requisitos basicos para que las persinas con sindrome de down puedan progresar con éxito hacia otras habilidades mas complejas.
Según Fernhall y cols. (1989) y Pitetti y cols. (1992), el nivel de forma física en niños, adolescentes y adultos con síndrome de Down es bajo y parece tener una base tanto de carácter motivacional como fisiológico.
Las personas con síndrome de Down necesitan que se les enseñe a comprender el movimiento , Wall (1990) analizo un método basado en el conocimiento para que los niños con retrasos del desarrollo adquieran habilidades motoras. Propuso los siguientes cinco tipos distintos de conocimiento sobre las acciones que podrían ayudar a desarrollar habilidades motoras:
a) Conocimiento sobre el cuerpo y su manera de funcionar motoricamente en relación con el objeto (sujetar una pelota) u la situación (pasar la pelota, encestarla); es decir el movimiento de interacción entre las personas, equilibrio y el ambiente.
b) Conocimiento sobre como ejecutar un secuencia de movimientos o de acciones; desarrollar la comprensión de cada aspecto de la acción perceptivamente, y después colocar esta información perceptiva en un orden que genera una respuesta, iniciar y ejecutar la tarea. Esta secuencia de tareas motoras deben ser comprendida en relación con el juego.
c) Conocimiento sobre los sentimientos subjetivos de confianza en si mismos y de confianza en una determinada situación de actividad física, y desarrollo de la capacidad para enfrentarse con una baja autoestima que podría terminar en una interrupción de su participación.
d) Conocimiento de sus propias habilidades: ¿Cuáles son las “mejores” y cuales es necesario mejorar? Conocimiento sobre el cuando, que y como utilizar las habilidades adquiridas, una vez que se ha elegido participar en una actividad.
e) Conocimiento sobre como pensar en relación con el movimiento (ensayo o programación menta); esta conciencia se desarrolla en base de conversar, observar y resolver problemáticas sobre el movimiento. Estas son las relaciones entre los conceptos de tiempo en el movimiento (rápido o lento) o los niveles de movimiento (alto y bajo) o el espacio en el movimiento (grande o pequeño) según se va realizando en las diversas acciones.

Así pues, los programas de Educación Física para las personas con síndrome de Down deben incorporar todas estas oportunidades para aprender a comprender, desde un punto de vista cinético y cognitivo, los movimientos correspondientes a cada habilidad, así como la secuencia de movimientos o la capacidad motora.
La motivación para que las personas con síndrome de Down se mantengan activas físicamente es también un aspecto muy a tener en cuenta, Scanian (1990), consideraban que cuando se mantiene en equilibrio las habilidades adquiridas de una persona el reto que supone un determinado ejercicio o actividad, se produce un efecto que se denomina “flujo”. Este sentimiento de “flujo” sobre la actividad permite a la persona seguir participando sin que surja aburrimiento o ansiedad.
7.2 Ruiz (1992) Indica una serie de pautas y necesidades de enseñanza en la Educación Física y deportivas de los niños con síndrome de Down:
-Trabajar dentro de los márgenes de confianza del niño, utilizando de forma sistemática reforzamientos, sobre todo de tipo social.
- Tomar como punto de partida las experiencias previas del niño. Partir de lo manipulativo-vivencial del concepto/movimiento.
- Ir de lo conocido a lo desconocido, aprovechando sus intereses y motivaciones.
- Respetar la secuencialidad de cada proceso de aprendizaje para evitar lagunas o falsos aprendizajes.
- Suele ser muy reforzante y positivo el empleo de compañeros para la ayuda en el proceso de enseñanza- aprendizaje, así como el ofrecerles la oportunidad de elección de las actividades.
- Dar feedback permanente al niño de los procesos de aprendizaje que va realizando.
- Aprovechar su capacidad de imitación para modelar la conducta, así como otros factores positivos, tales como el gusto por el juego, la competición, la tenacidad, la imaginación y los deseos por agradar y aprender.
- Limitar en lo posible los estímulos extraños, ante los cuales pueden aparecer los rasgos de obstinación y terquedad, en ocasiones frecuentes en estos niños.
- Analizar las tareas motrices, descomponiendo en sucesivos pasos aquellas de mayor complejidad.
-Cambiar de actividad cuando los niveles de fatigabilidad, frustración o falta de atención así lo aconsejen.


8. Entrevista al profesor de educación física de álvaro
R.C.: Hola Ramón, gracias por concederme esta entrevista, nos va servir de gran ayuda para realizar nuestro trabajo.
R.F.: No me las des Raúl, me alegra poder ayudarte en tus estudios y más habiendo sido mi alumno.
R.C.: Quería preguntarte sobre un alumno que tienes con síndrome de Down, Álvaro, estamos haciendo un trabajo sobre las personas con síndrome de Down en la Educación Física.
R.F.: Perfecto, pregúntame lo que quieras saber, me parece un tema muy interesante de trabajo además.
R.C.: ¿Tienes dificultades a la hora de dar las clases para adaptar los ejercicios a Álvaro?
R.F.: Lo cierto es que no Raúl, realmente en las clases de Educación Física, Álvaro realiza la mayoría de ejercicios que sus compañeros. Ellos entienden su situación y tienen paciencia a la hora de realizar juegos. Álvaro no tiene tanta precisión, tanto equilibrio por ejemplo como los demás, pero es como si estuviera dando clase un niño más pequeño por decirlo de alguna manera, con niños más grandes, con más desarrollo psicomotriz.

R.C.: ¿Alguna vez has tenido algún problema con algún alumno cuando Álvaro ha fallado alguna ocasión de gol, canasta o punto, por el hecho de ser un síndrome de Down?
R.F.: Pues, alguno he tenido la verdad, no muchos, son casos contados, siempre hay alumnos con el espíritu ganador excesivamente alto y demás, que alguna vez le a criticado cosas a Álvaro por fallar un pase o alguna cosa de este tipo, pero por lo general todos los alumnos comprenden la situación. Álvaro además es un niño que se hace querer por los compañeros y le tienen mucho cariño. En los episodios esos, me disgusto mucho con estos alumnos, y ya no porque sean críticas a Álvaro, sino porque están en una clase, no en una competición rigurosa, y tienen que aprender y también disfrutar con lo que hacen principalmente.
R.C.: ¿Te resulta difícil dar la clase a un grupo normal teniendo en cuenta también a Álvaro?
R.F.: No la verdad que no, sus compañeros son comprensivos, llevan años con él en clase y lo conocen. Es más preguntón que ninguno, le cuesta a veces comprender el ejercicio, pero acaba haciéndolo en sus posibilidades y el se siente muy feliz al ver que es uno más entre ellos, no se siente diferente en ese sentido.
R.C.: ¿Álvaro como te trata, tanto en sus clases como fuera de ellas?
R.F.: Álvaro es muy cariñoso Raúl, con sus compañeros, conmigo, con todos. Viene a chocarme la mano, es el único que me pregunta que como estoy por las mañanas, incluso un día tenía los cordones despasado y se agachó a atármelos (risas), es increíble.
R.C.: Bueno pues muchas gracias Ramón, ha sido breve porque tienes que seguir dando clases, pero nos va servir de gran ayuda, gracias.
R.F.: No hay de que, espero que hagáis un buen trabajo, cuando esté hecho podrías traérmelo para verlo, que me gustará verlo.


9. Bibliografía

- Rogelio Martínez y Roberto Hernández (2002). Deficiencia mental asociada al síndrome de Down, desarrollo psicomotor, Educación Física y deporte. Revista Iberoamericana de Psicomotricidad y técnicas Corporales. Febrero 2002.

- Ministerio de Educación y Cultura. Centro de Investigación y Documentación Educativa. “Adaptaciones curriculares en Educación Secundaria Obligatoria. Guía para cumplimentar el documento Individualizado de Adaptación Curricular (DIAC)”. Madrid. 1999

- Ruiz Rodríguez, E.(2003) Adaptaciones curriculares individuales para los alumnos con síndrome de Down. Revista Síndrome de Down 20: 2-11

- Guerra Balic, Myriam. (2000). Síndrome de down y respuesta al esfuerzo físico. Tesis dirigida por Dr Joan San Molina. Barcelona

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